miércoles, 29 de agosto de 2012

Lee Jun-fan

Es muy fácil hablar sobre alguien y decir que le admiras, porque al final no tienes que argumentar nada pues ya lo hizo esa persona. Pero no por ello hay que dejar de hacerlo. Bruce Lee es una de esas personas a las que admiro muchísimo. Alguien del que hoy día hasta las personas más viejas, sabias y tozudas pueden aprender.

Siempre me gusta recordar y recalca una y otra vez que, ante todo, Bruce fue filosofo. Y esto no lo digo porque esté flipado por él y me apasionen sus metodologías, no, sino porque realmente estudió filosofía. Pero sí, estoy flipado por él y me apasiona su metodología. Para qué negarlo.

Bruce Lee extrapoló la filosofía a todo los campos, incluido al de las Artes Marciales. Y ahora es cuando alguien puede decir “pero, si él comenzó a entrenar desde pequeño”. Sí, a los 10 años si creo recordar bien. Además, tuvo la gran suerte de entrenar con uno de los mejores maestros: Yip Man. Y a todo esto… ¿por qué decía entonces que ante todo era filosofo? Porque filosofo se nace, no se hace. O bueno, vale, también se hace, pero ¿a que ha quedado bien usar esa frase? Es muy típica, pero me da igual.

Bruce desde chico tenía una personalidad muy inquieta y curiosa, algo que en su futuro le hizo un bien enorme.

Pensándolo bien, ahora mismo no quiero hablar sobre él. Solo escribía este post para recordar algo. Ya escribiré más adelante más extensamente sobre él, su metodología y su filosofía. Recordáis el anuncio de coche en el que él apareció ¿verdad? Fue el anuncio más productivo de ése año haciéndole ganar grandes sumas de dinero a la empresa de automóviles e incluso llegó a perdurar en los años siguientes. Os voy a dejar lo que decía en el anuncio:

“Empty your mind, be formless, shapeless – like water. Now you put water into a cup, it becomes the cup, you put water into a bottle, it becomes the bottle, you put it in a teapot, it becomes the teapot. Now water can flow or it can crash. Be water, my friend”.

En español y con una frase final añadida:

“Vacía tu mente, se amorfo, moldeable, como el agua. Si pones agua en una taza, se convierte en la taza, si pones agua en una botella se convierte en la botella, si la pones en una tetera se convierte en la tetera. El agua puede fluir o puede aplastar. Sé como el agua. Amigo mío, el agua que corre nunca se estanca, así es que hay que seguir fluyendo”.

Ahora te pediría que reflexionases sobre ello. Pero me veo en la necesidad de hablar al menos un poco sobre ello. Es algo que realmente me gusta.

En una película, Bruce está a punto de comenzar una lucha (cómo no) y de repente se detienen. El típico momento de película asiática de Kung Fu en el que los dos se miran. Su rival le muestra dos palos con los que les va a atacar, son duros. Entonces Bruce coge una caña de bambú, la caña no es muy gorda, por lo que no se romperá, tampoco es muy fina, por lo que no se doblará en exceso. Está justamente en el medio, es dura, pero flexible. Puede golpear y no romperse, puede moldearse y no romperse. Esta escena pasa muy desapercibida en la película, pero es muy importante.

 

Las voces (gritos, mejor dicho) son atroces debido al doblaje al español, y la escena del bambú está algo recortada, pero vale para seguir explicando.

Lo que quería hacernos ver Bruce con el ejemplo del agua es que nada es fijo, todo está en continuo cambio (ohh, mi gran devenir. ¿Qué haría la filosofía sin el devenir excepto convertirse en religión?) Si te aferras a algo o intentas ser estático, el cambio te arrasará. Sin embargo, si fluyes con el cambio, nada podrá contigo.

Ahora sí que lo dejo aquí y me gustaría que seáis vosotros mismos los que saquéis vuestras propias conclusiones. Bruce es uno de los grandes que no deben de tomarse a la ligera. También aprovecho para dedicarles este post a todos los practicantes de Artes Marciales y amigos del devenir.

And now remember… you can flow or can crash. Be water, my friend.





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