miércoles, 24 de octubre de 2012

Infancia

Huele a agua caliente. Luz tenue. Chimenea puesta. Música alta. Mi padre en la cocina. Mi madre en el cuarto de baño. Mi hermano en sus brazos. Es uno de sus baños  de recién nacido. Yo en el salón. Un cubo hecho de lata que contenía todos mis juguetes está volcado. Mientras, yo me imagino un mundo con los cochecitos.

Es mi hora. Me ducho. La música es lenta. Más lento aun mi baño. El olor a agua caliente que sentía en el salón es más intenso ahí dentro. Fuera, todo relajado, mis padres hablan y preparan la cena.

Termino. Tengo frio. Me cubro con la toalla y me agacho. Así me quedo hasta secarme solo. Me pongo la ropa. Salgo directo a la chimenea. Huele a queso, aceitunas y cenizas.

Todos vamos al salón. Nos juntamos y comenzamos a comer con la tele de fondo. Terminamos y nos echamos a ver la película.

Es hora de irse a la cama.

Infancia. Dulce infancia. Cuánto han cambiado las cosas… pero qué igual sigue todo. Nada como el calor, el olor a agua caliente, tu familia, el hogar y tener 7 años. Me gustaría tener 7 años, oler a agua caliente, tener la chimenea puesta y ésta canción de fondo.




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